Técnico auxiliar de actividades socioculturales en Ayto. de Murcia desde 2001. Miembro de la Junta Directiva de Teatro de la Red Española, y Coordinador de la de Música
Proyectado y construido por Justo Millán, responde al modelo de edificación de principios de siglo, siguiendo las pautas de los célebres “teatros-circo” que, desde París, se habían extendido por muchas ciudades europeas. El arquitecto, que haría la rehabilitación definitiva del Teatro Romea tras el incendio de 1899, contrajo con anterioridad el compromiso de este nuevo escenario para Murcia, ciudad a la que dio obras tan importantes como la Plaza de Toros, el Hospital provincial o el Colegio San José de vocaciones eclesiásticas.
Ubicado en la céntrica calle Caravija (hoy, Enrique Villar), el Teatro Circo de Murcia se inauguró el 5 de noviembre de 1892. El techo, decorados y telones fueron obra de Sanmiguel. Su propietario, el citado Enrique Villar (empresario que impulsó también la construcción de la Plaza de Toros), le puso su nombre al local, denominándose Teatro Circo Villar. Para dicha inauguración se contó con la compañía ecuestre de Gil Vicente Alegría. En esos años finales del siglo XIX y primeros del XX, el Circo competía con el Romea en su programación. Uno privado, otro público, llegaron a ofrecer la misma obra en sus escenarios por compañías distintas, para que los espectadores juzgaran cuál de ellas era mejor.
Disponemos de una primera descripción del Teatro Circo gracias a la información aparecida en Las Provincias de Levante, el 25 de septiembre de 1891: “El perímetro del local es espacioso: solo ocho columnas (que marcan igual número de ochavas y que miden 32 metros de elevación) sostendrán una elegante cubierta de 40 metros de diámetro […] La obra resulta sólida y sencilla; los que la han visto y aun estudiado los principales circos de Europa, estiman el que se está construyendo como uno de los mejores modelos”.
El Teatro Circo es un espacio que ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de los años. A su uso como teatro y como circo cabe añadir el de veladas de boxeo y lucha libre, espectáculos ecuestres, cine, diversos actos públicos e incluso exhibición de animales salvajes, incluyendo la lidia de “un novillo auténtico, tras cerrar la pista con una valla metálica, para seguridad del público”. También la pista llegó a convertirse en una gran piscina, en donde nadaron las hermanas Benett. La iluminación, que en principio fue de gas, se modificó enseguida a compás de los nuevos tiempos, que exigían la electricidad. Se colocaron también cuatro focos exteriores para alumbrar el acceso al Teatro: uno en la puerta; otro en un rincón de Santo Domingo por donde se podía acceder a la sala; otro en la calle de La Merced, y el último en la torre de Santo Domingo, de cara a la Trapería.
Desde 1908 se habilitó para cine, función en la que, combinada con otros muchos tipos de espectáculos, pervivió hasta los años ochenta. Se cerró de manera definitiva a principios de 1984. De entonces acá ha permanecido clausurado, aunque se diera información sobre posibles nuevos usos, como gimnasio o club social. En 2003, el Ayuntamiento de Murcia se implicó en el proceso de rehabilitación, que concluyó a principios del presente 2011. A partir de entonces, el Teatro Circo ha pasado a ser patrimonio municipal.
Reportaje del Teatro Circo Murcia