El Teatre L'Artesà fue construido en 1919 por una junta de propietarios que querían dotar la ciudad con un espacio en el que celebrar actos sociales y espectáculos teatrales. Después de un largo período de inactividad, l'Ajuntament del Prat compra el edificio e inicia un largo proceso para la recuperación de su uso funcional convirtiéndose, desde 1919, en el Teatro municipal.
Además, el Teatre L’Artesà es el nodo central de un sistema de ciudad que trabaja, junto a otros proyectos culturales (Centres cívics, L’Escola d’Arts en Viu, La Capsa. Etc) garantizando el ejercicio de los derechos culturales, favoreciendo el desarrollo cultural a lo largo de la vida y creando las condiciones que promuevan una ciudadanía consciente, libre, crítica y feliz.
Este ecosistema fomenta el aprendizaje, la práctica, la experimentación y el disfrute de las artes en vivo, contribuyendo a vivir y compartir experiencias vitales significativas, fruto del conocimiento y de la experiencia compartida.
El Sistema apuesta por la educación y la mediación como la piezas clave y prioritarias para el desarrollo personal y social de la comunidad, trabajando para universalizar los derechos culturales.