La Charca inútil plantea a unos personajes atormentados, víctimas de un entorno opresivo, de una sociedad que escarba en el dolor ajeno. Unos personajes que se refugian en la locura para mantenerse cuerdos. Un profesor en crisis, que ha sido agredido en la escuela, no quiere volver a la enseñanza. Sin embargo, accede a dar clases particulares a un peculiar alumno, mientras inicia una curiosa relación con la madre de éste: una mujer que vive inmersa en el universo que ella misma ha creado como refugio de una realidad insoportable. Un viejo maestro servirá de vínculo en esta extraña relación, subyugada siempre por un terrible acontecimiento.
El autor explica que hace unos años apareció en los telediarios la historia de un profesor agredido, “empujado y pataleado por un alumno en los pasillos de la escuela, ante la mirada del resto de la clase”. Una cadena de televisión compró esas imágenes a la novia del agresor, “espontánea realizadora del documento, y luego fue comerciando con ellas, manipulándolas, haciendo -como viene siendo habitual- todo un espectáculo circense”.
“No sé –explica David Desola-, si antes o después de eso, ocurrió lo que ocurrió, y todos nos vimos inmersos en una tragedia mediatizada, politizada, y en algunos casos con actitudes beligerantes hacia las propias víctimas. Recuerdo que entonces pensé: ¿Estamos todos locos?, ¿Cómo puede saber uno si está loco cuando los que le rodean están tan locos como él? ¿Es posible que los únicos cuerdos sean aquellos que consideramos locos?”.
La ceremonia de esta 33 edición se celebró el lunes 10 de marzo en el Teatro Circo Price de Madrid.
La despedida del intérprete, que falleció ayer 2 de marzo en Madrid a los 84 años, se celebrará hoy lunes en el cementerio de la Almudena de Madrid.
El teclista, fundador también del grupo musical Mishima, ha fallecido a los 51 años a causa de un cáncer que le diagnosticaron en el 2022.