Animalario estrena su montaje más personal en el Matadero de Madrid

La compañía Animalario estrena el jueves 27 de enero en la Sala 2 de las Naves del Español de Matadero su nueva propuesta escénica, un montaje titulado Penumbra, donde se adentran el mundo de los sueños y los miedos personales. El espectáculo, que permanecerá en la cartelera madrileña hasta el 20 de marzo para iniciar luego una gira por diferentes ciudades, tiene su origen en abril pasado en el trabajo desarrollado por la compañía en uno de sus talleres de creación, donde el director Andrés Lima lanzó un interrogante: “¿Qué es lo que más os duele?”. A partir de ahí, y con la intención de sacar todos los fantasmas que tenemos en nuestro interior, los componentes de Animalario han hecho un viaje íntimo, personal y emocional que ha terminado en una profunda e inquietante reflexión sobre el dolor físico y el del alma.

La obra Penumbra, escrita por Juan Mayorga y Juan Cavestany, cuenta con la dirección escénica de Andrés Lima, que cuenta con los intérpretes Luis Bermejo, Nathalie Poza, Alberto San Juan y Guillermo Toledo encima del escenario. Lima, que indica que la obra se mueve entre la penumbra que hay la vida y el sueño, sostiene que se trata de la creción más íntima de la compañía. “Penumbra es nuestra obra más deseada: todas nuestras improvisaciones se movían por el deseo acuciante de compartir nuestro dolor. Penumbra es nuestra obra más miedosa. Nos da miedo el dolor, hablar del dolor, representar el dolor. Penumbra es una obra de miedo. Penumbra será una obra cómica en la medida de lo posible, porque tiene que ser así, por que no puede ser de otra manera, porque si no estamos perdidos o no y porque sólo me duele cuando me río. Más conscientes que nunca en Animalario decidimos contarnos nuestros sueños y salieron nuestras pesadillas. Representar esas pesadillas, introducirnos en ese mundo misterioso que somos nosotros mismos, atravesar el espejo y mirarnos de frente. ¿De qué tenemos miedo? Aprender a vivir”.

La dificultad para comunicarnos, la ansiedad, el miedo a no ser amados son algunos de los temas que surgen en estos talleres de intenso trabajo en equipo a partir de la improvisación, que han dado lugar a un viaje por el perfil más personal de la compañía, ahondando en los sentimientos. Una obra que habla del soñar, de contar los sueños, de compartir la vida, de crecer sin dolor, de eliminar el sufrimiento de la cadena de las generaciones. "¿Quiénes son los monstruos que nos acosan en los sueños? Cuatro personajes y un intruso convocados por un sueño en la casa de la playa. El mismo verano de todos los años."

La compañía pone en tela de juicio que la vida sea una sucesión de pérdidas que haya que aceptar con buen humor: “Ahora ya no estoy seguro... pero creo que más que perderse, las experiencias se almacenan, y no me refiero sólo a la memoria, sino a algo más que nos excede y que está ahí, en nosotros y con nosotros. Todo esto nos llena y conforma nuestra forma de ver la vida, de vivirla, pero no solo eso sino de imaginarla, de soñarla”.