Ara Malikian pone los Carprichos de Paganini al servicio de la danza contemporánea

El violinista libanés de origen armenio Ara Malikian estrenará el viernes 2 de diciembre en el Teatro Circo de Marte de Santa Cruz de La Palma su última aventura, el montaje Caprichos para violín y cuerpo, basado en los Caprichos de Paganini, unas de las obras imprescindibles para violín. Intrépido e incansable, Malikian se ha aventurado a íntegrar la danza contemporánea en la obra del compositor genovés, lo que da como resultado estos Caprichos para violín y cuerpo que cuentan con la “sutileza y la fuerza de bailarines” como Andoni Larrabeiti, Patricia Roldán y Patrizio Niccolai, y la dirección de Marisol Rozo, reconocida por sus trabajos en la escena europea como directora, bailarina y actriz.

Cuenta Malikian, uno de los máximos intérpretes y divulgadores de la música clásica en la actualidad, que la idea le rondaba hace años en la cabeza. Su deseo pasaba por integrar los caprichos de Paganini dentro de la danza, del baile… De esta forma, la actuación del mismo violinista se integrará como una parte de la coreografía elaborada por Marisol Rozo. El violinista libanés sostiene que será la primera vez que se baila la obra de Paganini, una propuesta “muy emocionante” y un proyecto que viene de lejos… Se trata de concretar en el baile la esencia de la obra de Paganini, “toda esa desbordante inspiración que poseen los 24 caprichos de Paganini”.

Malikian  explica que aunque Paganini dejó escrito que su legado de los caprichos eran para los artistas, será la primera vez que se baila la obra, una propuesta “muy emocionante” y un proyecto que viene de lejos… Se trata de concretar en el baile la esencia de la obra de Paganini, “toda esa desbordante inspiración que poseen los 24 caprichos”. El mismo Paganini dio nombre a muchos de sus caprichos para acercarlos a la humanidad, a la naturaleza, a los sentimientos, por lo que encontraremos caprichos dedicados a la risa, el viento, la caza, la marcha, el laberinto, la gaita…

El músico, asentado en España desde hace más de doce años, recuerda que hace tres años estaba improvisando en su casa junto a Marisol Rozo y, de pronto, ella se puso a bailar. “La idea surgió así… Es una obra que se ha tocado toda la vida y un día de improvisación empezamos a imaginarlo. Y nos quedamos con las ganas de hacer más. Desde entonces estábamos con las ganas de hacerlo realidad y ahora no hemos querido perder la oportunidad”, explica el violinista, que su faceta de intérprete une otros labores de investigación pedagógica y divulgadora.

El proceso está siendo muy emocionante, ya que ambos creadores estaban de acuerdo en que la música de Paganini es ideal para bailar… “Los Caprichos de Paganini envuelven a los bailarines en su atmósfera de movimientos, de locura, de agitación”, dice Malikian, quien piensa que el montaje es una propuesta para todos los públicos: “Por supuesto que los niños y los jóvenes pueden disfrutarlo perfectamente… Es un espectáculo que describe emociones que los jóvenes también pueden apreciar”.