“Umore Azoka apuesta por propuestas heterogéneas, adaptables a diferentes espacios y que cumplan determinados parámetros de idoneidad técnica y económica”
En 1995, el Área de Cultura del Ayuntamiento de Leioa se lanzaba a la aventura de organizar, con vocación de continuidad, un Festival de Humor con una programación definida por espectáculos de sala. Doce años después, Umore Azoka es una cita obligada en el calendario de ferias y festivales. Durante cuatro días, los espacios más singulares de la ciudad se transforman en un escaparate para conocer las últimas tendencias, formatos y vanguardias en el ámbito de las artes de calle. Charlamos con Ana López Asensio, directora del Área de Cultura del Ayuntamiento de Leioa.
La Feria nacía en 1995 como un Festival de Humor, con una programación claramente definida por los espectáculos de sala… ¿Cómo ha crecido Umore Azoka durante este tiempo?
La Feria ha vivido tres grandes etapas. Una primera, de tanteo y definición, que se prolongó hasta 2002; un segundo periodo, con un punto de inflexión, que tuvo lugar en 2003; y una última fase de crecimiento y consolidación. Durante estos últimos años, se han ido definiendo con claridad las características y señas de identidad de Umore Azoka; su apuesta por espectáculos de pequeño y mediano formato, que encuentren salida en el mercado, la variedad de disciplinas y géneros, y cierto equilibrio en cuento a la procedencia de las compañías invitadas. En este contexto, apostamos por propuestas heterogéneas, fácilmente adaptables a diferentes espacios y que cumplan determinados parámetros de idoneidad técnica y económica.
La cercanía de Bilbao no ha sido un obstáculo para que Umore Azoka creciera y ocupara un espacio propio en la oferta cultural de Euskadi, ¿es más difícil consolidar una propuesta como la Feria en un contexto con mayor oferta?
Leioa cuenta con ciertas ventajas. Se halla lo suficiente lejos de Bilbao como para poder generar sus propios programas culturales y lo suficiente cerca para poder atraer algunos públicos. En efecto, Bilbao y Getxo, por su proyección económica, concentran la oferta cultural de nuestro entorno, y reciben también la mayor cobertura, pero hemos sabido construir una feria adaptada a las características de Leioa. Tenemos clara nuestra vocación de servicio hacia los habitantes de este municipio, pero el concepto de Feria también está muy presente. De momento, hemos logrado mantener ese equilibrio. Nuestro público, además, ha ido creciente durante estos años. Ha evolucionado en cuanto a criterio artístico, actitud y respecto hacia las compañías. Hay un ejercicio de fe compartido con los ciudadanos.
La gran eclosión de festivales en muchas ciudades del Estado y su apuesta por los lenguajes de calle, que atraen a gran público, parece haber cuestionado el papel de las ferias y su trascendencia como encuentro de carácter comercial y profesional, ¿cómo crees que evolucionará este mercado de exhibición en los próximos años?
Evidentemente, las ferias tienen que adaptarse a los nuevos tiempos y buscar un espacio propio. Muchas citas culturales, entre ellas las ferias, se están replanteando la opción de celebrarse con carácter bienal, otras barajan la especialización en diferentes formatos o géneros, en algunas ferias se está diluyendo el componente más artístico y prima la heterogeneidad... En cualquier caso, los cambios en todo el sector ya se perciben en las ferias, que diseñan su programación con las producciones que nutren la oferta artística de cada momento. Y los cambios económicos están afectando al modo en que lanzan o montan algunos espectáculos, con repartos más reducidos o escenografías mínimas. Al final, todo se va adaptando a la realidad de los nuevos tiempos y la oferta cultural.
En la edición precedente, eran más de 150 los profesionales acreditados en la Leioa, ¿qué previsión manejáis en 2012?
Hasta el momento, hemos recibido alrededor de 90 solicitudes, aunque esperamos movernos en las mismas cifras que años precedentes. Por otro lado, en Leioa se dan cita muchos profesionales que no se han inscrito. En algunas ocasiones, se trata de responsables de pequeñas casas de cultura de Euskadi. Es cierto que contamos con la complicidad de algunos programadores de otras comunidades del Estado muy fieles a la Feria, que repiten año tras año, y la tendencia general es recibir también a un mayor número de distribuidores. Nuestra línea de crecimiento y expansión pasa ahora por atraer más programadores internacionales, aunque estamos condicionados por algunas limitaciones. No tenemos una estructura propia de feria, lo que dificulta la labor de promoción y contacto a nivel internacional.
Habéis recibido más de 400 propuestas sobre las que, imagino, habéis trabajado intensamente para seleccionar las 45 compañías invitadas, ¿qué criterios os han inspirado a la hora de realizar la programación?
Es la tarea más compleja pero también la más atractiva y apasionante. El resto de funciones tienen un componente más administrativo o de gestión. Al final, la feria se adapta a la realidad de la oferta actual. En el proceso de selección, prima el componente artístico y la calidad, también valoramos que las propuestas que recibimos sean estrenos o que no se hayan visto antes en otras ferias de nuestro entorno. Además, queremos que Umore Azoka respalde a las compañías que apuestan por el riesgo. Pero, en términos generales, los criterios básicos son la calidad artística y la idoneidad técnica y económica. También es muy importante que haya cierta relación entre el espacio y el espectáculo. Durante los últimos años, hemos recibido más propuestas con cierta atmósfera intimista, que precisan de unas condiciones especiales para su puesta en escena. Por otro lado, cuando ya hemos completado la selección individual de todas las propuestas, debemos analizar que programación, en su conjunto, sea compacta y variada, que atienda a diferentes perfiles de públicos, que haya espectáculos nocturnos… Confeccionar este puzzle es la tarea más bonita.
La Feria se ha convertido en un escenario clave en el calendario de las compañías vascas. Es habitual que edición tras edición, estrenen en Leioa formaciones como Trapu Zaharra, Gaitzerdi, Xabi Larrea, Matrioska o Ane Miren. Imagino que debe ser una responsabilidad ser el gran escaparate del teatro de calle vasco…
En efecto, para nosotros es una gran responsabilidad. De hecho, con muchas compañías de Euskadi mantenemos un contacto frecuente a lo largo de todo el año. Seguimos su proceso de creación, conocemos las características de su proyecto y, en algunas ocasiones, estamos en condiciones de ofrecerles acuerdos de colaboración que incluyen el adelanto de una parte del caché. También les ofrecemos espacios de ensayo o formamos grupos de contraste para que puedan medir la respuesta del público. Somos conscientes de que muchas compañías asumen un gran riesgo al estrenar sus espectáculos en una feria. Por eso es trascendental esta labor de cercanía. Por otro lado, existen otras fórmulas también muy interesantes para algunas formaciones. El pasado año, por ejemplo, Markeliñe hizo un “show case” para profesionales del montaje ‘"Anomalía magnética", que luego presentó en el Festival Internacional de Teatro y Artes de Calle de Valladolid. Este tipo de iniciativas funcionan muy bien.
Para conocer la programación de XIII Umore Azoka de Leioa puede consultar el siguiente enlace: http://www.umoreazoka.org