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Ángel Calvente, Premio Max 2012 al Mejor Espectáculo Infantil: “Al público infantil hay que darle calidad”

15 Mayo 2012

Autor, actor y director de la compañía El Espejo Negro, Ángel Calvente recogió -junto con su equipo- el pasado 30 de abril el Premio Max al Mejor espectáculo infantil por 'El fantástico viaje de Jonás el espermatozoide'. En esta entrevista nos habla del proceso de creación de esta obra y defiende la importancia del teatro en las aulas.

Ángel Calvente, Premio Max 2012 al Mejor Espectáculo Infantil: “Al público infantil hay que darle calidad”

La compañía que dirige, El Espejo Negro, tiene un largo currículum. Desde su creación en 1989, ha producido once espectáculos, tres de los cuales están en cartel, entre ellos 'El fantástico viaje de Jonás el espermatozoide' (Espectáculo Recomendado en La Red Española), que le valió el Premio Max al Mejor espectáculo infantil. Ha sido su segundo montaje dirigido al público infantil; el primero, 'El piojo Matías', también obtuvo el Premio Max 2009 en la misma categoría.


¿Le plantea alguna reflexión el hecho de haber recibido sendos Premios Max por los dos únicos montajes infantiles que ha producido?
Me plantea tener que pensar que debemos seguir trabajando el espectáculo infantil en paralelo al teatro para adultos. Lo cierto es que es un apartado creativo muy interesante y en nuestro país se programa mucho teatro infantil...

 

¿Cómo cree que debe concebir un autor o una compañía un montaje dirigido a niños/as?

El espectáculo tiene que estar muy bien hecho, sea para adultos o para niños.

 

¿Y qué hace que tenga éxito?
No sé dónde está la clave del éxito. A veces, cuando no funciona un espectáculo, no sabes muy bien por qué. Otras, es cierto que, a medida que avanzan los ensayos, uno debería ser honesto y decidir no estrenar porque en los ensayos ya ves que aquello no va a funcionar.

 

En el caso de El Espejo Negro, ¿cuál es la fórmula que cree que 'funciona'?
Nacimos en el 89 y tenemos un lenguaje propio, y ese lenguaje propio es lo que reivindicamos en todo lo que hacemos en El Espejo Negro. Eso, y que siempre presentamos espectáculos técnicamente impecables.

 

¿Qué papel juega el apartado técnico del montaje de 'El fantástico viaje...'?
En esta obra, como en el resto, desde el punto de vista técnico, planteamos muchas facilidades para los espacios escénicos porque nosotros mismos llevamos todo el equipo de luces y sonido, sólo pedimos una conexión a la corriente eléctrica. Eso sí, el espectáculo requiere unas medidas mínimas del escenario: 8 de ancho por 6 de fondo y 5 de alto... Y hemos tenido que decir que no a algunos espacios porque no tenían esas condiciones, pero han sido muy pocos.


Al adentrarse en el  teatro infantil y familiar, ¿ha encontrado alguna peculiaridad, algo que le haya llamado la atención respecto al teatro para adultos?
En ocasiones, cuando se habla de teatro infantil, parece que “todo vale”, y no es así. Hay que ser muy riguroso con lo que estás haciendo, sea cual sea el espectador  al que te diriges. Pero ese “todo vale” te lo encuentras cuando presentas un espectáculo infantil. ¡A veces hay quien pretende que los cachés sean más bajos! Y esto no es así, o no debe ser así. El coste del montaje, los actores, los técnicos..., todos tienen que cobrar lo mismo: un actor en un espectáculo infantil no es menos que un actor en un espectáculo de adultos, es un profesional haciendo su trabajo.


¿Hace falta algún tipo de asesoramiento cuando se está creando un espectáculo dirigido a niños y niñas?
Sí, me he dejado asesorar por profesores de primaria, profesores de educación especial, por actores y actrices con mucha experiencia en este terreno... Bueno, y además también soy padre. Por lo demás, el teatro infantil no tiene por qué ser siempre didáctico. Mi punto de partida es el divertimento. Si, por el camino, enseñas algo, pues muy bien. Pero el hecho de que entretenga ya es un valor en sí mismo.


¿Cuál es el punto de partida para crear un espectáculo infantil que logre atraer a ese público específico?
Lo importante es que los espectáculos estén enfocados para niños inteligentes, no hay que menospreciar la inteligencia del niño, hay que darle calidad y dirigirte a él con honestidad. Para incentivar el teatro entre los críos hay que hacer acciones con ellos desde pequeños, en el colegio, en talleres y cursos... Hacerles aprender divirtiéndose, eso es lo que hace que un niño desarrolle el gusto por el teatro y, al mismo tiempo, inquietudes: el teatro te anima a querer aprender más, a leer, a tener otros intereses...


El haber recibido el Premio Max, ¿se ha traducido en un mayor número de funciones de su obra?
Tenemos mucho trabajo, el problema, como otras compañías, es la falta de pago. A nosotros nos deben todavía 90.000 euros de varios espectáculos distintos. A veces, tengo  la sensación de que estamos subvencionando nosotros las programaciones de otros porque una función tiene un coste, hay que pagar al elenco, a los técnicos... A final de mes, hay que pagar nóminas. Y, si no te pagan, es como si la compañía hubiera corrido con los costes de esa programación. Y luego, para más 'inri', tienes que escuchar críticas hacia las compañías porque reciben subvenciones, como si la subvención fuera un regalo, como si no estuvieran subvencionados también tantos otros sectores: la agricultura, la pesca... ¿Es que nosotros somos menos? La política cultural de este país, especialmente la teatral, necesita un cambio.

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Vídeo

Vídeo promocional de 'El fantástico viaje de Jonás el espermatozoide'

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