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El Festival de Mérida acoge una de las comedias más brillantes de Aristófanes: “Las Tesmoforias”

31 Julio 2013

En pleno ecuador de agosto, y tras el paso de Concha Velasco en el papel de Hécuba, el Teatro Romano de Mérida acoge una brillante comedia de Aristófanes, “Las Tesmoforias”, con la que el dramaturgo griego plantó batalla una vez más a su rival Eurípides. Estará en escena del 14 al 18 de agosto, en versión de Juan Copete y dirigida por Esteve Ferrer. En el reparto figuran, entre otros, Pablo Viña, Marta Calvó, Fermín Núñez, Ana Trinidad y José Luis Martínez.

El Festival de Mérida acoge una de las comedias más brillantes de Aristófanes: “Las Tesmoforias”

“Las Tesmoforias” es una de las comedias más blancas y brillantes de la segunda etapa de la gran producción teatral de Aristófanes. No es una comedia política, pero sí es un gran ejercicio de guerra literaria con el que era su mayor enemigo intelectual, Eurípides.

La estructura de la obra no solo permite realizar una función de alto contenido en comicidad, sino que también nos permite, trabajando en su dramaturgia, hacer un gran espectáculo que a su vez presente el porqué de esa guerra feroz que libraban los dos autores y permitir hacer un repaso en clave de humor de las grandes y maltratadas protagonistas femeninas de las obras de Eurípides y compararlas con las heroínas de Aristófanes.

Eurípides se entera de que las mujeres de Atenas están conspirando para decidir su destino, enfadadas por cómo se las retrata en sus tragedias: aparecen como locas, asesinas, ninfómanas y suicidas. Utilizan el festival de las Tesmoforias, una celebración anual dedicada a la fertilidad y a su diosa Deméter, como tapadera para tramar un plan que haga que Eurípides pague por sus injuriosas palabras. Eurípides, aterrorizado por lo que estaba a punto de pasarle, va a buscar ayuda a la casa del afeminado poeta Agatón. Su plan es hacer que Agatón finja ser una mujer y vaya al debate de las Tesmoforias como infiltrado para así obtener información y hablar a su favor. Pero como éste se niega, el viejo suegro de Eurípides, Mnesíloco, se ofrece a ir en su lugar. A partir de ahí empieza el enredo

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