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¿Qué programan los espacios escénicos públicos?

03 Diciembre 2013

La tendencia de crecimiento experimentada por la oferta de las artes escénicas y musicales a lo largo de la primera década del siglo XXI se vio bruscamente interrumpida en 2009, año en el que “algunos indicadores comienzan a mostrar descensos con respecto al anterior”, según la SGAE. Cambios que se confirmaron en 2011 y que no se pueden atribuir únicamente al efecto de la crisis económica y la reducción de los presupuestos públicos, origen de gran parte de las programaciones culturales desarrolladas en nuestro país.

¿Qué programan los espacios escénicos públicos?

El sector de las artes escénicas y musicales españolas en estos momentos busca definir su futuro gestionando el complejo equilibrio entre cambios y pervivencias en un contexto protagonizado, desde el año 2008, por la crisis económica. Parece claro que el mundo de la cultura sostenida con fondos públicos atraviesa una época de fuertes tribulaciones que, al margen del evidente problema económico, suscita controversias sobre su función, sostenibilidad o legitimación.


La Red Española de Teatros elaboró a principios de 2013 un ambicioso estudio en colaboración con el Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid, bajo la dirección de Javier Gómez González, en el que se describen y analizan las características y tipología de los espectáculos programados en los espacios escénicos asociados. Un aspecto que, hasta el momento, no había sido objeto de un análisis riguroso para entender el modo en que los espacios públicos configuran su oferta. Para ello, centra su atención en aspectos como el género de adscripción del espectáculo, el número de funciones, la procedencia de las compañías y otros ámbitos que permiten describir de manera gráfica la oferta pública de artes escénicas y musicales en España.

El debate sobre la función cultural de los espacios públicos y su misión pedagógica se encuentra obstaculizado por la ausencia de información sobre algunos de los aspectos nucleares y más controvertidos. Tanto en el campo de la cultura en general, como en las artes escénicas y musicales, en particular, hay poco conocimiento sobre las características intrínsecas de la oferta cultural realizada con fondos públicos. Las administraciones culturales han rendido cuenta periódicamente a los ciudadanos sobre su actividad pero, con frecuencia, en las evaluaciones y anuarios estadísticos los protagonistas han sido los datos sobre volumen de eventos y número de beneficiarios de los servicios, existiendo una relativa carencia de estudios sobre la calidad, la tipología y la distribución de los géneros y subgéneros ofertados.

No obstante, las características intrínsecas de las programaciones constituyen una variable fundamental para valorar si la oferta de artes escénicas y musicales realizada por el sector público está claramente diferenciada de la aportada por la iniciativa privada y si responde a las preferencias de los públicos, estrategias de política cultural, presupuestos o determinados criterios artísticos.

Esta información ayudaría a determinar si la programación pública cumple los requisitos de equilibrio y representatividad que le son propios y si, en definitiva, se trata de una programación que cumple los objetivos que se consideran legítimos para los espacios escénicos públicos. Parece claro que contar con esta información sobre las características de la programación permitiría a los espacios escénicos públicos defender el impacto positivo de su actividad sobre el contexto sociocultural, su viabilidad y su aportación al crecimiento cultural de la ciudadanía. Este estudio nace con vocación de continuidad, de manera que gran parte de la información en él contenida mostrará su verdadera capacidad explicativa en el momento en el que se pueden establecer análisis comparativos con los datos de temporadas futuras, permitiendo, de esa manera, conocer las principales tendencias de cambio en las pautas de programación y tipologías de espectáculos.

El Mapa de Programación analiza las programaciones que desarrollan los 118 teatros, auditorios y casas de cultura asociados a La Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales de titularidad pública distribuidos en 42 provincias del país. En su conjunto y por sus características técnicas y sus dinámicas de oferta cultural, constituyen una muestra representativa del tejido de exhibición público de artes escénicas y musicales en España. Esta representatividad se expresa, especialmente, en la gran diversidad que presentan estos espacios escénicos y que queda recogida en los siguientes trazos:

- Se trata de espacios que responden a características y señas de identidad heterogéneas; espacios de aforo diverso, que oscila entre las más de 2.000 localidades del Palau de la Música i Congressos de Valencia hasta las 400 butacas de otros escenarios de tamaño más reducido.

- Todos ellos cuentan con programación estable, si bien su volumen de oferta y la tipología de espectáculos que programan (géneros dominantes y formatos) es enormemente dispar.

- Las fórmulas de gestión, organización y titularidad (administración local, regional, fundaciones públicas, etc.) presentan, también, una importante diversidad.

- Como hecho integrador, todos los espacios escénicos considerados en el estudio cuentan con una serie de requisitos técnicos mínimos, que incluyen la existencia de un espacio cerrado y la presencia de una infraestructura que aporta capacidad técnica para albergar una programación heterogénea.


El análisis conjunto de la programación ofertada por todos estos espacios escénicos aporta una visión panorámica de mucho interés, que expresa el volumen y variedad del esfuerzo público en promoción de las artes escénicas y musicales pero que, en muchos aspectos, necesita un análisis más detallado y desagregado para entender las tendencias generales.

En este sentido, es fundamental refinar el análisis y establecer qué espectáculos se programan en cada tipo de espacio escénico, siendo condición necesaria para este análisis establecer tipologías de espacios definidas no tanto por su fórmula jurídica o características técnicas, como por el tipo de contexto sociocultural en el que se ubican y la coexistencia de recintos, públicos o privados, que promuevan programaciones complementarias.

Es básico recordar que la oferta pública de cultura tiene una vocación garantista, que asume como finalidad básica asegurar el acceso de los ciudadanos a la cultura. Para ello, la programación de los teatros públicos asume como grandes funciones:

1.  Garantizar el acceso de los ciudadanos a una oferta de espectáculos de artes escénicas y musicales que, de no existir iniciativa pública, no serían programados en un determinado contexto.

2.  Garantizar que los ciudadanos tengan acceso a esta oferta cultural en buenas condiciones de calidad y precio que permitan equidad en el acceso.

Durante los últimos años, el sistema de exhibición escénico ha mantenido y consolidado los rasgos que definían su estructura años atrás. Los festivales y los espacios escénicos públicos “ejercen de demandantes del mercado de producción (en el que la oferta está constituida por espectáculos de provisión privada, mayoritariamente subvencionada), y de oferentes en el mercado de difusión”.

Las crecientes dificultades económicas y la drástica reducción de los recursos públicos destinados a la producción, gira y difusión de espectáculos en vivo parecen introducir nuevas pautas en la comercialización y exhibición de espectáculos, una situación que podría alterar los criterios que condicionan el diseño de las programaciones escénicas y musicales.

En este sentido, la oferta pública interactúa permanentemente con la iniciativa privada, con la cual presenta relaciones de sustitución o complementariedad. Los gestores del sistema cultural intentan regular estas relaciones para evitar la duplicidad de oferta y dinámicas de competencia público-privada, aunque a día de hoy este siga siendo un campo complejo que protagoniza muchos debates.

Esta compleja relación con la iniciativa privada explica la existencia de dos lógicas de programación dentro de los teatros públicos:  

1.En aquellos espacios escénicos públicos que se ubican en municipios de pequeño o mediano tamaño, en los cuales la presencia de teatros privados es nula o muy reducida, la lógica de la programación es generalista y ecléctica, optando por una gama muy variada en cuanto a tipología de géneros y de espectáculos que pretenden cubrir las demandas y expectativas del entorno social al que dirigen su actividad.

2. Por el contrario, aquellos espacios que cuentan con competencia de otros teatros públicos y privados, suelen optar por programaciones más especializadas, tanto en tipología de espectáculos como en géneros.

De esta manera, estos espacios programan géneros tradicionalmente menos presentes, espectáculos que asumen riesgos por su carácter minoritario o innovador y propuestas de calidad que, en caso de no ser ofertada por el sector público, no se programarían. Este modelo constituye un esquema ideal del cual algunos espacios escénicos se distancian, puesto que no es infrecuente la presencia de programaciones generalistas en localidades grandes y, menos frecuentemente, programaciones muy especializadas en localidades pequeñas.


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