La quinta edición de Frinje Madrid apuesta por la multiplicidad de miradas en la creación contemporánea. Del 1 al 17 de julio este certamen, organizado por el Teatro Español, pondrá en escena un total de 23 propuestas en Matadero Madrid.
El próximo viernes, 1 de julio, arranca la quinta edición de uno de los festivales más innovadores del panorama nacional: Frinje Madrid. Durante tres semanas este certamen de artes escénicas pone en escena un total de 23 montajes volcados en la creación contemporánea.
Una "party" para abrir el festival
La programación se ha estructurado en torno al pasado, el presente y el futuro. El certamen se abre con la puesta en escena de "Party", un montaje a cargo de la compañía Beaches que propone una inmersión al espectador en la danza y el arte sonoro.
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Haciendo alusión a elementos de nuestra memoria colectiva y a nuestra cultura pop, la pieza crea, en palabras de los organizadores, "la simulación utópica de una noche festiva que funcionará como detonante para dinamitar los sentidos y desdibujar los límites entre realidad y representación".
Laboratorios y talleres
Más allá de la exhibición de espectáculos, otra de las patas sobre las que se apoya el Festival Frinje son sus talleres y laboratorios dirigidos a profesionales de las artes escénicas.
En esta ocasión, habrá ocho diferentes entre los que destaca Fascist Inside, que impartirá el dramaturgo británico Mark Ravenhill, uno de los autores de referencia desde que se diera a conocer con "Shopping & Fucking" .
Él y otras de las figuras internacionales que vengan a impartir clases, como el director y dramaturgo alemán Falk Richter, podrán encontrarse con el público madrileño en tres cócteles que el Frinje ha programado. Todos ellos con entrada libre hasta completar aforo.
Presupuesto en aumento
El presupuesto del festival ha vuelto a subir 40.000 euros, como ya sucediera en 2015, y se sitúa en 250.000 euros, pero de los 23 días del año pasado se baja a 16, y siguen descendiendo el número de compañías: de 31 a 23, aunque el recorte mayor fue en la IV edición, cuando pasaron de 60 a 31.