Francisco Nieva murió el jueves a los 91 años de edad en Madrid. Su capilla ardiente se ha instalado en el Teatro María Guerrero. Nieva es uno de los dramaturgos más prolíficos y premiados de las últimas décadas.
Francisco Nieva había recibido numerosos reconocimientos, como el Premio Nacional de Teatro (1979) por su trabajo en “Los baños de Argel”, de Miguel Cervantes; el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1992), el Premio Nacional de Literatura Dramática, en 1992, Premio Valle-Inclán, Max honorífico...
El dramaturgo era autor de una treintena de piezas teatrales, además de novelas y ensayos. Entre su narrativa se cuenta “El viaje a Pantaélica” (1994), “Granada de las mil noches” (1994), “La llama vestida de negro” (1995), “Oceánida” (1996) y “Carne de murciélago” (1998).
Entre sus obras teatrales: “La Señora Tártara”, “Tórtolas, crepúsculo... y telón”, “Salvator Rosa”, “Coronada y el toro” o “Te quiero, zorra”; comenzó su carrera en los años sesenta como escenógrafo de otros grandes como Adolfo Marsillach.
Ocupó el sillón “J” de la Real Academia Española y dirigió la escena en un buen número de óperas, ballets y zarzuelas, entre las que pueden recordarse “Andrea Chénier”, “Tosca", “Curro Vargas”, “La Forza del destino”, “I due Foscari”, “La vida breve”, “Pepita Jiménez” o “Don Giovanni”.