Menos de un mes después de su nombramiento (el pasado 6 de julio), Amaya de Miguel habla para www.redescena.net en la que es su primera entrevista en calidad de Directora del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música. Sobre la mesa, cuestiones que ocupan estos días al sector de las Artes Escénicas en general, como la reforma pendiente del organismo, sus planes para impulsar la creación y la exhibición artística o el programa PLATEA.
Amaya de Miguel ya era una profesional conocida y reconocida en el sector de las artes escénicas antes de ser nombrada Directora General del INAEM. Entre otros cargos, ha ocupado el de directora del Centro Dramático Nacional (CDN) bajo el mandato de la Ministra Carmen Alborch, además de ser la primera mujer al frente del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro en 1994.
Su carrera profesional es vocacional, una vocación que empezó a fraguarse en un espacio escénico público, el Teatro Arriaga Antzokia de Bilbao. Allí asistió, con doce años, a su primera función teatral, “Historia del zoo” –del dramaturgo estadounidense Edward Albee–, un montaje a cargo del director de escena William Layton y con las interpretaciones de José Carlos Plaza y Antonio Llopis. Años después, guarda un recuerdo vívido y entusiasta de aquel primer contacto con las artes escénicas.
Sabemos que uno de los objetivos que se ha marcado es que las producciones del INAEM tengan mayor presencia en todo el territorio nacional, ¿podría explicarnos sus planes en este sentido?
El INAEM, en su origen y misión fundamental, es de ámbito nacional. No nos tenemos que olvidar de eso. Nosotros somos el Ministerio de Cultura y nuestra obligación es para con todos los ciudadanos del Estado. El Ministro lo ha dicho en sus primeras intervenciones, quiere que nuestras unidades de producción tengan presencia en todo el territorio nacional. Desafortunadamente esta presencia no ha sido posible con la asiduidad que nos hubiera gustado, debido a la propia estructura del INAEM, que imposibilita –fundamentalmente por cuestiones económicas– que nuestras compañías giren. Y no sólo en el territorio nacional, sino también en el ámbito internacional. Ése es uno de los motivos por los que el Ministro ha hablado en ese sentido: el INAEM necesita una reforma de su estructura para hacer viable su presencia en toda España y también fuera de nuestro territorio. Eso pasa, como muchas otras iniciativas que queremos llevar a cabo, por la reforma que hemos empezado a estudiar.
¿Y en qué dirección cree que debe ir esa reforma?
Hemos puesto en marcha una mesa de trabajo y hemos estructurado y sectorializado los temas de los que vamos a hablar. Nos reuniremos para ponerlos en común a partir de septiembre. La de las giras es una situación que tenemos que solucionar, una de nuestras prioridades, aunque no la única.
Sabemos lo que queremos conseguir, pero todavía no podemos “ponerle nombre” porque precisamente para eso convocamos la mesa de trabajo, para, entre todos, consensuar cuál es el modelo óptimo. El objetivo es ser flexibles, poder hacer giras, que nuestras unidades de producción gocen de mayor autonomía de gestión, que podamos atender al sector artístico que está fuera de nuestras unidades de una forma mucho más eficaz y operativa. No podemos centrarnos únicamente en las unidades de producción, que son las que pertenecen orgánicamente al INAEM; tenemos que ser muy conscientes de que el sector también está fuera: los creadores, los escenógrafos, los bailarines, los directores…, nosotros nos nutrimos de ellos y debemos dedicarnos también a todos ellos.
Queda claro que uno de los objetivos de la reforma del INAEM es facilitar las giras, incluidas las internacionales, ¿está pensando especialmente en Latinoamérica?
Sin duda. No podemos hacer una cosa fundamental en la medida en que nos gustaría, que son las giras nacionales. No podemos tampoco hacer giras internacionales, cuando tenemos algo tan básico en la comunicación como un idioma común con Latinoamérica, y resulta que no podemos presentar a nuestras compañías allí, y si lo hacemos es dejando de desarrollar otras actividades y dedicando un gran presupuesto a eso. Entonces no es que sea una reforma posible, es que es una reforma necesaria.
Pero no vamos a cerrar puertas, también hay que mirar a Europa, porque hay disciplinas que no necesitan el lenguaje, como la danza y otras. Pero creo que para nosotros es obligado tener un mayor protagonismo en Latinoamérica.
¿Piensa que la reforma de la entidad podría culminarse en esta legislatura?
Tenemos un mandato: en estos seis meses conseguir un diagnóstico y alcanzar una serie de conclusiones. Pero tenemos que ser realistas: es imposible hacer una reforma de esta envergadura en tan poco tiempo. Debemos recordar que el Instituto de las Artes Escénicas y de la Música tiene muchas unidades de producción y sectores diversos a los que atender. Pretender llevar a cabo en seis meses una reforma absoluta, negociada y consensuada con las administraciones que tendrían que, finalmente, dar el visto bueno... es absolutamente imposible.
¿Hasta qué punto cree también importante la reforma de la personalidad jurídica del INAEM? Se ha hablado, entre otras cosas, de la posibilidad de convertirlo en una Agencia Estatal...
Todo está encima de la mesa, no nos cerramos a nada. El diagnóstico es que el INAEM era muy operativo cuando se creó, fue una entidad absolutamente innovadora, que ha dado buenísimos resultados, y que no sólo no ha evolucionado; sino que, en un momento dado, ha retrocedido. Sus costuras se han ido estrechando cada vez más. No es todo lo operativo que debería y no sirve para la función para la que se creó. Tenemos que escuchar a tantas personas y profesionales, tenemos que poner tantas cosas en común... Nuestro objetivo son los ciudadanos, a los que nos debemos. En estas mesas de trabajo hay que ser muy flexibles y todos tendremos que ceder un poco por el bien común, la cultura, que es a lo que nos dedicamos. Y si no existe esa flexibilidad, moriremos. No podemos seguir así.
“Las costuras del INAEM se han ido estrechando cada vez más. No es todo lo operativo que debería y no sirve para la función para la que se creó”.
Estamos ya en la V Edición del Programa PLATEA. ¿Cuáles son los planes del INAEM respecto a este programa?
Es uno de los programas que más me interesan. Me parece fundamental, creo que se ha hecho un trabajo excelente. No es que vaya a continuar, es que le vamos a poner un foco muy especial porque es una forma de vertebrar la cultura y de hacerla llegar a mucha más gente. Y esa es, en definitiva, nuestra misión.
“El programa PLATEA es uno de los que más me interesan. Me parece fundamental, creo que se ha hecho un trabajo excelente”
Más del 70% de los espacios de exhibición en España son de titularidad pública, de modo que juegan un papel primordial en la difusión de las artes escénicas. Desde su punto de vista, ¿cuál es la misión que deben cumplir y qué objetivos tienen que perseguir los espacios escénicos públicos hoy día?
Se han hecho grandes avances y estamos en un momento importante, en el que tenemos que centrarnos en las programaciones que deben diseñar los espacios públicos en relación a la situación social, geográfica, etcétera, en que se ubican. Soy una gran defensora de lo público, valorando también mucho las iniciativas privadas. Pero la labor vertebradora, social, educativa, incluso económica, de lo público no se puede dejar de lado. Nuestra apuesta por La Red Española de Teatros va a ser, como ha sido desde un principio, muy firme. La consideramos básica para el objeto al que está destinada.
También me gustaría dejar claro que creo que es importantísima la iniciativa privada. Tengo un respecto absoluto por los programadores de espacios privados.
¿Cuáles cree que son los principales retos a los que habrán de enfrentarse en los próximos años los gestores culturales y programadores de espacios públicos?
Hoy día sería conocer a los nuevos públicos. Han cambiado mucho y reciben la cultura de otra manera. Conocer al público es fundamental y eso pasa también por la educación. No se puede desligar la exhibición del modelo educativo en escuelas e institutos, un modelo que acerque a la gente joven, que son nuestros espectadores del futuro, pero también del presente, a las artes escénicas.
Un programador tiene ahora muchos más retos de los que yo misma enfrenté cuando, en su día, programaba el Festival de Almagro o el Teatro María Guerrero. No es que fuera sencillo, pero ahora hay muchos más factores con los que trabajar. Hay que decir, eso sí, que los programadores ahora cuentan con una formación mucho más –si se puede decir así– académica, y eso, gracias precisamente a iniciativas formativas como las de La Red Española de Teatros.
Aun así, el público futuro es el gran desconocido. Es una labor que se debe potenciar, ¿cómo podemos llegar a ese público al que que ni se le ocurre asistir a espectáculos de artes escénicas?
“Los programadores ahora cuentan con una formación mucho más –si se puede decir así– académica, y eso es gracias, precisamente, a iniciativas formativas como las de La Red Española de Teatros”
¿Cree que existe un dilema entre ofrecer programación de calidad y acceder a públicos mayoritarios?
No tiene por qué. Y creo que el ejemplo son precisamente las unidades del INAEM. Hacemos programación de calidad y nuestro público ha aumentado. Creo que cuando haces algo con calidad el público lo aprecia y lo disfruta.
Es verdad que cuando se hacen propuestas innovadoras, es más difícil llegar a un público mayoritario. Pero creo que ahí lo que hay que hacer son pequeñas píldoras, ir introduciendo propuestas novedosas. Todo tiene mucho que ver con ir entrenando al público, como se educa el oído para la música o el gusto: todo se educa. También es una obligación de las instituciones públicas: la innovación, la experimentación... Un programador, cuando conoce a su público, sabe lo que le gusta pero también lo que puede ir introduciendo para que el espectro artístico del espectador se vaya ampliando.
El INAEM y La Red colaboran estrechamente en varios proyectos, como Mercartes, las Jornadas de Inclusión Social, Danza a Escena... ¿Cómo valora esa colaboración? ¿Cree que sería positivo y factible que esa colaboración se amplíe a otros proyectos?
Por supuesto, vamos a continuar con esa colaboración, a intentar que sea aún más estrecha... bueno, eso es casi imposible, porque creo que es estrechísima. Para nosotros La Red Española de Teatros es fundamental. De hecho, nació en el INAEM. Es parte de nuestro ADN. Y vamos a seguir estando ahí. Sin duda alguna.